Descripción
La naturaleza toda del hombre debe ser sabiamente empleada por el que desee entrar en el sendero. Cada hombre es absolutamente para sí mismo el sendero, la verdad y la vida. Pero solo es así cuando dominas firmemente toda tu individualidad y reconoces que esta individualidad no eres tu mismo, sino aquello que tú has creado trabajosamente para utilizarla. Y por tu medio te propones (a medida que tu crecimiento desarrolla lentamente tu inteligencia), alcanzar la vida más allá de la individualidad. Cuando comprendes que para esto existe tu asombrosa vida compleja y separada, entonces, en verdad y solo entonces, te hallas en el sendero.
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